lunes, septiembre 25, 2006




El legado de Oriana Fallaci (columna del autor en "ElAMAULE" diario ciudadano).
Uno de los libros que marcó mi adolescencia fue “Entrevista con la Historia”. Gracias a él no sólo pude comprender parte de la historia mundial de la segunda mitad del siglo XX, sino que también conocer a una mujer excepcional. Valiente, irreverente, objetiva, gran periodista y escritora, Oriana Fallaci tuvo esa especial cualidad de hacer que las palabras de los hombres y mujeres que entrevistó perduraran en el tiempo e incluso en su momento no estuvieran exentas de polémica y conflicto. Un ejemplo ello fue aquella entrevista efectuada en Karachi al presidente Pakistaní Ali Bhutto, de dramáticas consecuencias. Sus respuestas ocasionaron la suspensión de un tratado de Paz que debía firmar Bhutto con la entonces primer ministro de la India Indira Gadhi. La periodista no cedió a los ruegos del Pakistaní, quien le pedía dijera que la entrevista era inventada por ella y con ello salvar la vida de seiscientos millones de personas.
Los grandes de una época Kissinger, Golda Meir, Yasser Arafat e Indira Gandhi, entre otros, estuvieron frente a ella. Memorable el final de la entrevista al supersticioso emperador de Etiopia Hailé Selassié, quien se vanagloriaba que su dinastía descendía de la misma reina de Saba y Salomón, pero frente a la pregunta "¿Cómo mira Hailé Selassie, a la muerte?", acabó la conversación exclamando lleno de temor "¡quien es esta mujer! ¿de donde viene? ¿Qué quiere de mí?" y sin más la echó.
Lo que las amenazas de grupos islámicos no pudieron, lo hizo el cáncer, que se llevó a los 77 años a Fallaci y como Selassie nos podemos preguntar "¿qué quería esta mujer?". Sólo me surge una respuesta: que actuáramos como hombres, que pensáramos, que no nos dejemos engañar.
En este siglo XXI en que nos ha tocado estar insertos, se vive la historia en el instante mismo de su devenir y somos testigos directos de ella y sin embargo, los hombres estamos cada vez más castrados en nuestras capacidades intelectuales por los mismos medios de comunicación, quienes nos llenan de farándula y nos llevan a preocuparnos de la cosa menor. ¡No pensamos en los hechos que ocurren¡. Si lo hiciéramos podríamos darnos cuenta que quienes detentan nuestros destinos no son mejores que nosotros, ni más fuertes, ni más iluminados, sino que son sólo hombres respecto de quienes “hay momentos en la vida en los que callar se convierte en una culpa y hablar en una obligación”.
Conciente de este deber civil, de éste desafío moral, Fallaci ocupó los últimos años de su vida en denunciar, con la valentía que la caracterizó, la descristianización de Occidente, “Occidente ya no siente amor por si mismo. En su propia historia solo ve lo que es deplorable y destructivo, mientras no ve lo que es grande y puro”, decía a The wall Street Journal en mayo de 2006. Por eso no es de extrañar que esta atea cristiana (como le gustaba definirse) se identificara con la defensa de los valores de Occidente que hace Benedicto XVI: “me siento menos sola cuando leo libros de Ratzinger”, señalaba en la misma entrevista, y no es mera coincidencia que recién entronizado el nuevo Papa fuera la Fallaci la primera visita privada, quien luego de la cita señaló: “Fue una reunión entre espíritus libres”; “tengo confianza en Ratzinger. Es un gran pensador y es un hombre que cree en la razón. Defiende los valores occidentales cuando dice que es como si Europa ya no se quisiera así misma. El clama por Europa, sermonea a Europa. Somos aliados en ese aspecto. El lo hace en forma delicada y cortés mientras que yo lo hago brutalmente.”
Oriana Fallaci, que hizo que tantos poderosos dejaran registrado en las páginas de sus entrevistas lo que muchas veces querían callar, no nos silenció su gran preocupación por los valores de Occidente, y nos deja como legado sus palabras en la citada entrevista a The wall Street Journal: “en el momento en el que abandonas tus principios y tus valores estas muerto; tu civilización esta muerta, tu sociedad está muerta. Y punto". -

jueves, septiembre 21, 2006

MADREDEUS

El video corresponde al grupo Portugués Madredeus, cuya vocalista Teresa Salgueiro tiene una voz excepcional, espero algún día no lejano podamos tenerlo en Chile, mientras debemos conformarnos con su escasa discografia en nuestro país, solo se de una tienda en providencia entre Pedro de Valdivia y Manuel Montt con una sucursal en calle Merced entre Jose V lastarria y José Miguel de la Barra donde tienen algunos de sus discos como "O Paraiso"; "Ainda" e "Historias de Lisboa" esta última fruto del film del mismo nombre que hicieran junto a Win Wenders.

miércoles, agosto 23, 2006

En el libro "Historia de Zoya" escrito por Zoya, John Follarin y Rita Cristofari que narra la historia personal de Zoya, una mujer afgana en los últimos veinticinco años. Cuenta la protagonista, refiriéndose al aspecto fiero de los muyahidines, que preguntó a su abuela si éstos habian salido del zoo de Kabul. La respuesta de la anciana, propia de la sabiduría que dan los años fue: "Los animales son inocentes. Nunca hacen las cosas que son capaces de hacer los hombres".
Lo compruebo al ver la foto de un aborto, ningún animal haría algo así sólo los hombres.

jueves, agosto 10, 2006



Para Pensar ...........




Inicio este blog, con la imagén de un niño dentro de la placenta y unido al cordón umbilical, con un doble próposito.
Con ello pretendo simbolizar lo que espero de estas páginas las cuales como el niño de la imagén se encuentran aún unidas a quien les da vida, pero como todo padre, su autor espera que ellas tengan existencia propia y tomen su propio rumbo a través de tus comentarios y opiniones.
He querido también iniciarlas con esta foto publicada en "Life" a fines de los años sesenta, para hacerte reflexionar, amigo lector, sobre la vida humana. Ese niño, como tantos otros que han sido engendrados, es un signo de vida en un mundo que cada vez muestra más signos de muerte y destrucción.
Sí, la concepción y nacimiento de un ser humano es algo maravilloso, un milagro natural, que no puede sino conmovernos a todos en su defensa.
Con la concepción nace un nuevo ser distinto de los dos elementos que lo han formado, comienza un proceso de desarrollo que llevará a ese nuevo hombre o mujer a caminar hacia un destino misterioso que le tocará a él descubrir y que quizá le depare grandezas insospechadas.
Sin embargo muchos, tal vez tú, no lo ven así y apelando a un supuesto derecho de la mujer a tomar una decisión autónoma respecto de su cuerpo, sentimientos y afectos, apoyan truncar la vida desde sus inicios con argumentos de suyo egoístas basados en el propio bienestar de sus progenitores o en la defensa de su status económico, sin tener en cuenta para nada que aquel que se trata de eliminar es un ser humano concreto en quien hay una continuidad de identidad desde que el ovulo y el espermio se han unido.
Resulta paradójico que en la sociedad actual muchos de aquellos que defienden el medio ambiente y la ecología, que se horrorizan ante el maltrato a un perro o a un simio. Personas que de buena fe se esfuerzan por crear condiciones de bienestar para el hombre y el medio que este habita, sean a la vez partidarios de interrumpir el futuro de una nueva vida humana.
Es contradictorio, ver como aquellos que dicen no creer en la vida eterna defienden la eliminación de criaturas inocentes, pués son ellos precisamente quienes al no creer en un destino eterno más alla de la muerte y centran en la idea de vida su mayor valor los que deberían defenderla desde sus inicios.
Creo que existe una responsabilidad personal y concreta, en este mundo que nos toca vivir en defender la vida. Porque, la riqueza de él no está en los eventos historicos, fenómenos naturales o sociales que ocurren, sino que ella la configura la existencia de seres humanos que son rostros, rostros para mirar, respetar, acariciar y amar.
La solución pasa por cruzar fronteras ideológicas o religiosas, dejar nuestros egoísmos y comodidades de lado y ganar en generosidad. Quizá las siguientes palabras de Juan Pablo II , que alguna vez leí, en su carta a las familia, sean un buen programa : "Fui niño todavía no nacido y me acogiste permitiendo nacer; fui niño abandonado y fuisteis para mí una familia; fui niño huerfano y me habéis adoptado y educado como hijo vuestro. Ayudastéis a las madres que dudaban, o que estaban sometidas a fuertes presiones, para que aceptaran a su hijo no nacido y le hicieran nacer; ayudastéis a familias numerosas, familias en dificultad para mantener y educar a los hijos"
Vale la pena dejarse la vida defendiendo la vida.